Todos los Profetas y Mensajeros llamaron a los mismos fundamentos generales[1] como creer en Allah, en Sus ángeles, Sus Libros, Sus Mensajeros; creer en el Último Día y en el decreto de la predestinación, tanto lo agradable como lo desagradable; y aceptar el mandamiento de adorar solamente a Allah sin asignarle ningún compañero, seguir Su camino y no desviarse de él; aceptar la prohibición de los cuatro tipos de pecados: Todas las malas acciones, las evidentes y las ocultas; las faltas; la opresión injusta; asociarle compañeros a Allah en la adoración y adorar ídolos. Los Profetas eran unánimes en considerar a Allah totalmente ajeno al concepto de tener una esposa, hijos, compañeros o iguales puesto que acordaron la prohibición de decir sobre Él todo lo que no es cierto; la prohibición del infanticidio, matar injustamente; la usura; usurpar la riqueza de los huérfanos. Eran unánimes en fomentar el cumplimiento de los acuerdos y darles una importancia plena y total, ser respetuosos con los padres; hacer justicia entre las personas; ser sinceros en las palabras y acciones; prohibir las calumnias y la arrogancia y también la usurpación injusta de la riqueza de las personas.

Ibn Al-Qaim[2] dijo: “Todas las Leyes Divinas son unánimes en sus fundamentos, aún si difieren en otras cosas. La bondad de estas leyes se halla firmemente arraigada en el intelecto humano y si las leyes no hubieran aparecido de esta forma, habrían sido poco sabias, perjudiciales e impiadosas, si bien es imposible que hubieran aparecido de otra forma. Dice Allah:

“Si la Verdad estuviera acorde a las pasiones de los incrédulos, los cielos, la Tierra y todo lo que hay en ellos se habría corrompido. Pero les ennoblecimos con el Corán y a pesar de ello lo rechazaron.”

(Corán 23:71)

¿Cómo puede un sabio considerar permisible que la Ley de Allah que es el Mejor de los jueces apareciera de una forma distinta a su forma actual?”[3]

Es por eso que todos los Profetas practicaban una religión tal como lo confirmó Allah cuando dijo:

“¡Oh, Mensajeros! Comed de las cosas buenas y obrad con rectitud que Yo bien sé lo que hacéis. Ciertamente la religión de todos vosotros es una sola, y Yo soy vuestro Señor; obedecedme, pues.”

(Corán 23:51-52)

También dice:

“Dispusimos para vosotros la misma religión [monoteísta] que le habíamos encomendado a Noé, y que te revelamos a ti [en el Corán] y que le encomendamos a Abraham, Moisés y Jesús, para que seáis firmes en la práctica de la religión, y no os dividáis en ella. Pero a los idólatras les parece difícil aquello a lo que tú les invitas [al monoteísmo]. Allah elige [para que acepte la fe] a quien quiere, y guía hacia Él a quien se arrepiente.”

(Corán 42:13)

El propósito de la religión es hacer que la humanidad logre aquello para lo que fue creada: Adorar a su Señor sin asociarle ningún compañero[4]. Él ordenó para los hombres ritos que deben cumplir y les garantizó obligaciones. También les dio medios para alcanzar lo bueno, para lograr complacer a su Señor y la felicidad en este mundo y en el Más Allá según una Senda Divina que no perjudique a la persona ni les cause un choque entre su naturaleza y su alma y el mundo que lo rodea.

Todos los Mensajeros llamaron a la Religión Divina que le brinda al ser humano una base de fe en la creer y un sistema de vida. Es por esto que la Tora era un credo como también una ley para la vida, y sus seguidores debían vivir según ella. Dice Allah en el Corán:

“Dispusimos para vosotros la misma religión [monoteísta] que le habíamos encomendado a Noé, y que te revelamos a ti [en el Corán] y que le encomendamos a Abraham, Moisés y Jesús, para que seáis firmes en la práctica de la religión, y no os dividáis en ella. Pero a los idólatras les parece difícil aquello a lo que tú les invitas. Allah elige [para que acepte la fe] a quien quiere, y guía hacia Él a quien se arrepiente.”

(Corán 5:44)

Luego fue enviado Jesús y trajo consigo el Evangelio en el que había guía y luz y confirmaba las enseñanzas de la Tora. Dice Allah:

“E hicimos que les sucediera [a los Profetas de los Hijos de Israel] Jesús hijo de María, para que confirmase lo que ya había en la Tora. Le revelamos el Evangelio en el que hay guía y luz.”

(Corán 5:46)

Luego fue enviado Muhammad con la Ley Divina final y la religión completa como un testigo por sobre las leyes que habían sido reveladas anteriormente. Allah le reveló el Corán como confirmación de los Libros Sagrados que habían descendido antes. Dice Allah en el Sagrado Corán:

“Te hemos revelado [a ti, ¡Oh Muhammad!] el Libro [el Corán] con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados. Juzga, pues, entre ellos conforme a lo que Allah ha revelado y no sigas sus pasiones apartándote de la Verdad que has recibido.”

(Corán 5:48)

Allah también explica a Muhammad y a los creyentes que deben creer en Él y en todos los Profetas anteriores que habían sido enviados a otros pueblos en la antigüedad. Dice Allah:

“El Mensajero y sus seguidores creen en lo que le fue revelado por su Señor. Todos creen en Allah, en Sus Ángeles, en Sus Libros y en Sus Mensajeros. No hacemos diferencia entre ninguno de Sus Mensajeros. Y dicen: Oímos y obedecemos. Perdónanos Señor nuestro, pues ciertamente a Ti volveremos.”

(Corán 2:285)

  1. Estos fundamentos generales se encuentran mencionados en Corán 2:285, 286; Corán 6:151, 153; Corán 7:33; Corán 17:23, 37.
  2. Su nombre era Muhammad bin Abi Bakr bin Ayyub Az-Zar‘i. Nació en el año 691 D.H. y murió en el año 751 D.H.
  3. Miftaahu daaris-sa‘aadah Vol. 2, p. 383. Ver también: Al-Yawaabus-sahih Vol. 4 p. 322; Lawaami‘ul-anwaar por As-Safaarini Vol. 2, p. 263.
  4. Maymu‘ Fataawaa Vol. 2, p.6.