Entrar en la Gran Mezquita de la Meca (al-Masyid al-Haram)
En el sexto año después de que el Profeta fuese forzado a emigrar de la Meca a Medina, se vio a sí mismo visitando la Meca y realizando la peregrinación en un sueño que se menciona en el Corán: 

Por cierto que Dios hará realidad la visión que tuvo Su Mensajero [en sueños] y entraréis en la Mezquita Sagrada, si Dios quiere, algunos con las cabezas rasuradas y otros con el cabello recortado, sin temer absolutamente nada

Corán 48:27

Dios hizo tres promesas:

(a)   Muhammad entraría a la Gran Mezquita de la Meca.
   (b)  Muhammad entraría en estado de seguridad.
   (c)   Muhammad y sus compañeros realizarían la peregrinación y sus rituales. 

Ignorando la hostilidad de los mecanos, el Profeta Muhammad reunió a sus compañeros y se embarcó en un pacífico viaje a la Meca. Pero los mecanos continuaros siendo hostiles y lo forzaron a volver a Medina. El sueño permaneció sin realizarse; sin embargo,  un importante tratado fue firmado entre el Profeta y los mecanos, que tendría gran importancia en el futuro. Fue gracias a este tratado que Muhammad realizó una pacífica peregrinación con sus compañeros al año siguiente. El sueño se hizo realidad. 

La Profecía Coránica: ‘Los incrédulos serán derrotados’

Los musulmanes fueron víctimas de severas persecuciones en la Meca por parte de los paganos. En una ocasión fueron boicoteados durante tres años, y la eterna escasez de comida algunas veces bordeaba la hambruna.  Cualquier palabra de victoria era inimaginable. A pesar de todos los inconvenientes, Dios profetizaba en la Meca: 

Pero ciertamente todos ellos serán vencidos y huirán

Corán 54:45

El verbo árabe yuhzamu es precedido por sa (un prefijo árabe que denota tiempo futuro), haciendo de él una profecía distintiva que espera ser cumplida en el futuro. Y así lo fue como en el sagrado mes de Ramadán, dos años después de la emigración del Profeta desde la Meca a Medina, los mecanos fueron derrotados en la Batalla de Badr y se vieron forzados a retirarse.

   Umar, el Segundo califa de los musulmanes después del Profeta, solía decir que ¡no sabían como la profecía Coránica se cumpliría hasta que ellos mismos fueron testigos de su realidad en la famosa Batalla de Badr! (Sahih Al-Bujari)

La Profecía Coránica: ‘Los Creyentes Tendrán Autoridad Política’

A pesar de la severa opresión en manos de  los mecanos, los musulmanes tuvieron buenas noticias de Dios:

Dios prometió hacer prevalecer en la Tierra a quienes crean de vosotros y obren correctamente, como lo hizo con quienes os precedieron. [A éstos también] Les concederá el poder necesario para que puedan practicar la religión que Dios ha dispuesto para ellos [el Islam] y tornará su temor en seguridad. Adoradme, pues, y no Me atribuyáis copartícipe alguno. Y [sabed que] quienes no crean [y no agradezcan Mis gracias] estarán descarriados

Corán 24:55

Era imposible de imaginar cómo tal promesa de Dios sería cumplida cuando los creyentes eran oprimidos por los idólatras de la Meca en el momento en que se hizo. Sin embargo, se cumplió. Es cierto, Dios brindó seguridad y dominio político a los musulmanes en cuestión de años. 

Y por cierto que decretamos para quienes elegimos como Mensajeros de Nuestros siervos [y así se lo prometimos] que serían auxiliados

Corán 37:171-172

Al principio, los musulmanes establecieron su propio estado, invitados por la gente de Medina, cuando Dios ordenó su emigración allí desde la Meca. Luego, durante la vida del Profeta, el estado se expandió dominando toda la Península árabe, desde el Golfo de Aqaba y el Golfo árabe hasta el mar arábigo al sur, incluyendo el lugar desde donde los musulmanes habían sido expulsados (La Meca misma). Este decreto siguió en curso para la expansión política de los musulmanes y el dominio religioso y no se detuvo en la Península árabe. La historia brinda un vivo testimonio de como los musulmanes gobernaron las tierras de la antiguos Imperios Persa y Romano, una expansión que asombró y ganó la admiración de los historiadores del mundo. En las palabras de la Enciclopedia británica:

“Dentro de un período de sólo 12 años después de la muerte de Muhammad, los ejércitos del Islam tomaron posesión de Siria, Irak, Persia, Armenia, Egipto y Cirenaica (Libia).” 

Las Profecías del Corán con respecto a los Hipócritas y la Tribu de Banu Nadhir

Dios dice en el Corán

¿Acaso no observaste [¡Oh, Muhammad!] a los hipócritas cuando decían a sus hermanos incrédulos de la Gente del Libro: Si sois expulsados, nos iremos con vosotros, y jamás obedeceremos a nadie que os quiera dañar. Y si os combaten os socorreremos? Y Dios es testigo de que son unos mentirosos. Si son expulsados, no se irán con ellos. Si son combatidos no les socorrerán. Y aun si les socorrieran huirían del combate, y luego no serían auxiliados.

Corán 59:11-12

La Profecía se llevó a cabo cuando la tribu de Banu Nadhir fue expulsada en agosto de 625 DC de Medina; los hipócritas no los acompañaron ni acudieron en su ayuda. 

Las profecías Coránicas con respecto a las futuras Confrontaciones

Ellos sólo podrán agraviaros [con sus calumnias], y cada vez que os combatan huirán por temor, y no serán socorridos

Corán 3:111

Sabed que aun cuando los incrédulos os hubieran combatido [en Hudaibiiah], habrían huido vencidos, pues no hubiesen tenido quien les proteja ni les defienda

Corán 48:22

Históricamente, después de que los versículos fuesen revelados, los incrédulos de la Península árabe nunca pudieron resistir a los musulmanes nuevamente. 
Podemos dilucidar de las profecías que se mencionan en estos artículos que las afirmaciones de los detractores de la Profecía de Muhammad son completamente infundadas. Han basado sus críticas en el reto de mostrar lo que Muhammad, que Dios le de paz, predijo, si acaso, y las predicciones que se hicieron realidad.   Él si, manifiestamente, profetizó, guiado por Dios, y siendo el último de los profetas enviados, lo que nos dijo realmente sucedió. Por lo tanto, bajo el criterio de los detractores, Muhammad fue el Mensajero de Dios, y el último de los profetas enviados, por las declaraciones hechas en su tradición (Sunnah)  y el Corán.