Los principales entre los bodhisattvas eternos eran Avalokitesvara, personificación de la compasión, y Manyusri, personificación de la sabiduría. Entre los Budas eternos estaban Aksobhya (el Imperturbable), Amitabha (Luz eterna) y Amitayus (Vida eterna).
Los Dioses
No obstante, sigue quedando un aspecto de la creencia en Dios que desafía toda lógica o razón, pero que se ha convertido en la piedra fundamental de la fe: la creencia de que Dios se hizo hombre. En el momento en que la creencia monoteísta original en Dios se degeneró y pasó a tener intermediarios entre los seres humanos y el Ser Supremo, ya sea para lograr conquistas humanas o actuar en nombre de Dios en el mundo, los intermediarios se convirtieron en objetos de adoración. Los intermediarios a menudo fueron concebidos como espíritus aparecidos en todas las manifestaciones de la naturaleza. En consecuencia, los seres humanos de tiempos primitivos han adorado a espíritus del bosque, los ríos, el cielo, la tierra, etc., hasta el día de hoy. En algunas ocasiones adoraban a la naturaleza, en otras adoraban símbolos que representaban la naturaleza. Los sistemas religiosos, que evolucionaron de esos tipos de creencias, tendían a estar localizados y permanecer esparcidos entre los distintos pueblos de todo el mundo hasta la actualidad. Tales creencias no convergían en un sólo sistema de creencias de impacto internacional, al menos en lo que consta en los registros de la historia humana.
Por otro lado, en ese punto en el que la creencia monoteísta se degeneró en la personificación del poder de Dios como entes intermediarios separados, representados por imágenes, los ídolos se convirtieron en un punto focal para adorar a Dios. Los poderes de Dios se convertían en dioses. Tales creencias han culminado, en tiempos antiguos y modernos, como religiones naturales de impacto internacional. Las antiguas religiones egipcias, griegas y romanas han desaparecido debido al dominio del Cristianismo sobre tales imperios. Sin embargo, la expresión india del Hinduismo sobrevivió, tanto a la colonización musulmana como a la cristiana, y permanece como la religión nacional de aproximadamente mil millones de personas en la India. El Cristianismo y el Islam, con la excepción de Bali en Indonesia, han suplantado su impacto internacional directo en la mayor parte del Lejano Oriente. Sin embargo, las distintas formas del Budismo, su vástago, se han convertido en la principal religión de cientos de millones en el Lejano Oriente. Las distintas formas del movimiento reformista hindú siguen esparciéndose hoy en occidente.
El hombre es Dios
Según el Hinduismo, el concepto básico es que todo es Dios. Básicamente, no hay distinción entre Dios y Su creación. En la filosofía hindú, todo ser vivo tiene un ser o alma llamado Atman. Normalmente se cree que el alma es en realidad Dios, llamado Brahmán. En consecuencia, la esencia de la creencia hindú es la idea de que Atman y Brahmán son lo mismo; en otras palabras, el alma humana es divina. Aún más, la sociedad humana está dividida en castas o clases, en la que cada una representa a los seres humanos que llegaron a la existencia desde distintas partes del ser divino, Brahmán. La casta superior, los Brahmanes, provienen de la cabeza de Dios; mientras que la casta inferior, los Sudras, provienen de los pies de Dios. Si bien oficialmente hay sólo cuatro castas principales, en realidad hay muchas sub-castas. Cada una de las castas principales se divide en miles de castas menores. Los hindúes creen que cuando una persona muere, se reencarna. El alma, Atman, de la persona muerta nunca muere, sino que continúa volviendo a nacer. Si las personas son buenas en la vida, volverán a nacer en una casta superior en su próxima vida. Por otro lado, si fueron malos en esta vida, volverán a nacer en una casta inferior, que es una de las razones por las cuales tantos hindúes se suicidan cada año. A diario los periódicos dan cuenta de incidentes con personas o familias enteras que se ahorcan de los ventiladores de techo de sus casas. En una edición reciente de un periódico local, un hindú se mató cuando la India perdió un juego de críquet frente a Sri Lanka. Cuando el sistema de creencia de una persona se basa en la reencarnación, el suicido se convierte en un camino fácil para evadir las dificultades de la vida.
Cuando una persona llega a la casta superior, los Brahmanes, después de varias reencarnaciones, termina el ciclo de nacimientos y se reúne con Brahmán. Este proceso de reunificación se llama Moksha, mientras que en el Budismo es llamado Nirvana[1]. El Atman se reúne nuevamente con Brahmán. Así, el hombre se vuelve Dios.
Dios se convierte en Sus Criaturas
En la creencia hindú, los atributos de Brahmán se manifiestan en forma de distintos dioses. El atributo de la creación se convierte en el dios creador, Brahma; el atributo de la conservación se convierte en el dios conservador, Vishnu; y el atributo de la destrucción se convierte en el dios destructor, Siva. El más popular de los tres, Vishnu, se encarna en los seres humanos en distintos puntos de la vida. Esta encarnación es conocida en sánscrito como avatar, que significa “descenso”. La misma representa el descenso de Dios al mundo humano, convirtiéndose en ser humano o en alguna de las criaturas de este mundo. Principalmente, el término avatar se refiere a las diez apariciones principales del dios Vishnu. Una de ellas es Matsya, la encarnación de Dios como pez; Kurma, en forma de tortuga; Varaha, en forma de jabalí; Narasimha, como mitad hombre mitad león; Vamana, como enano; y quizás la más común de todas, Rama, la encarnación humana. Rama es el héroe de la épica, Ramayana, sobre la cual se hacen películas muy populares en la India. El otro dios popular es Krishna, la otra encarnación de Vishnu como ser humano. Su épica es la Mahabharata , que describe el descenso de los dioses en formas humanas para salvar a la diosa Tierra, oprimida por los demonios, agobiada por la superpoblación y en peligro de disolución[2]. Existen diversas variaciones de esta creencia con respecto a la cantidad de encarnaciones que existen y sobre las distintas formas animales que adoptan, pero en general siguen esas manifestaciones. En consecuencia, en el Hinduismo, la fe de una quinta parte de la humanidad, el hombre es Dios o parte de Dios. La diferencia entre el Creador y Su creación es sólo superficial.
El budismo popular comparte el concepto hindú de la encarnación con sus propias modificaciones. Ellos consideran que todo ser consciente posee la “naturaleza de Buda” y, por lo tanto, es capaz de convertirse en Buda. Buda, en las antiguas enseñanzas[3], era un verdadero maestro humano que vivió y enseñó. Sin embargo, en el budismo Mahayana, la idea del Buda “eterno”, personificando la verdad absoluta, fue cambiando, y Buda fue elevado al estatus de Dios. Para revelar su mensaje a la humanidad, este Buda eterno se manifiesta de tiempo en tiempo como un Buda terrenal para vivir y trabajar entre los seres humanos. Por lo tanto, Siddhartha Gautama, fundador del Budismo, fue sólo una de las apariciones terrenales, una aparición fantasmagórica creada por el Buda eterno[4]. El budismo incorporó los elementos del sistema indio de los dioses y el cielo, y respondió a la popularidad del hinduismo Bhakti, la devoción personal a las deidades salvadoras. La naturaleza Absoluta o naturaleza de Buda fue vista por algunos como poseedora de atributos que se manifiestan como Budas y bodhisattvas[5] eternos, que existieron en reinos espirituales y ofrecían sus méritos, protección y ayuda para lograr la iluminación de sus seguidores y devotos.
- Se trata de una palabra sánscrita que significa “extinción”, en referencia a la extinción de todos los deseos humanos, o salvación. Si bien el término tuvo origen en las escrituras védicas (Bhagavad-Gita y los Vedas), se asocia normalmente con el budismo. En el budismo Hinayana, el término equivale a extinción, mientras que en el budismo Mahayana es un estado de bendición (Dictionary of Philosophy and Religion, p. 393).
- El centro teológico de la épica es la Bhagayad Gita (Dictionary of World Religions, p. 448).
- El budismo Theravada, la Doctrina de los Mayores, es esencialmente una disciplina que un individuo practica para lograr la salvación de sí mismo y por sí mismo. Sólo los monjes, que tienen la resistencia y la fuerza de voluntad para vivir la extenuante vida religiosa, pueden alcanzar esta meta, y quien la alcanza es llamado arhant. Existen dos tipos de Nirvana, uno con residuo y el otro sin él. El primero es alcanzado por el arhant aquí y ahora, los cinco agregados (skandhas: los cuales comprenden a todos los individuos: materia, sensación, percepción, predisposición y conciencia) siguen presentes, aunque los anhelos que llevan al renacimiento constante se extinguen. El Nirvana sin residuo se refiere al estado del arhant después de la muerte y respecto al cual Buda permanece en silencio. Sólo puede haber un Buda en un Eón y la iluminación está reservada para unos pocos elegidos. Este aspecto del budismo es llamado Hinayana, o Vehículo Menor.Con el paso del tiempo después de la muerte de Buda, los monjes Theravada fueron criticados por ser muy cerrados e individualistas en sus enseñanzas. Surgió el disenso y evolucionó el budismo. Así paso a dominar una nueva forma, Mahayna, o Vehículo Mayor (Dictionary of World Religions, p.126.127).
- Dictionary of World Religions, p.129
- Originalmente, este término se refería a los primeros Budas, cuando aún se encontraban en su búsqueda de iluminación. En Mahayana, el bodhisattva pospone su iluminación completa y el logro del nirvana para poder ayudar a los demás seres en su búsqueda de iluminación (Dictionary of World Religions, p.112).