“Los peores asuntos son los inventados. Toda innovación (en asuntos de fe) es un desvío”.
Para empezar, diremos que la naturaleza humana en verdad no cambia con el tiempo. Las leyes o guías que cubren el comportamiento ético y moral permanecerán siempre iguales, puesto que lo que daña el alma en una época siempre lo hará, debido a que la naturaleza humana no cambia. Por ejemplo, mentir y hacer trampa disgusta al Señor y es dañino para el alma, y así será por siempre. De modo que las leyes y la guía relacionadas con temas de esta naturaleza se mantienen fijas y son completamente aplicables hasta el Día del Juicio. Los actos rituales de adoración, que enfatizan la base del carácter humano, tampoco necesitan cambiar. Sólo Dios sabe cómo Él debe ser adorado, y si Él ha declarado que estos actos son apropiados y aceptables para Él hasta el Día del Juicio, nadie tiene posibilidad de decir otra cosa. Al describir este tipo de leyes o guías, uno puede decir que la Ley Islámica es rígida, pero que esto es sólo porque debe ser rígida en estos puntos. Esto no afecta en forma alguna su universalidad y practicidad para todas las épocas y lugares.
Segundo, existen algunos asuntos dañinos que la humanidad debe evitar. Ellos también deben ser prohibidos de forma explícita y permanente. El alcohol y los embriagantes, por ejemplo, siempre serán dañinos para la humanidad. De vez en cuando, los seres humanos pueden encontrar alguna cosa beneficiosa respecto al alcohol, como Dios mismo afirma en el Corán, pero de manera global, ninguna sociedad puede sostener que el consumo de alcohol sea algo bueno. Consideremos sólo el costo social de beber en los Estados Unidos. Muchas familias son destruidas por causa del abuso de alcohol. Conducir bajo la influencia del alcohol es reconocido como un peligro para la sociedad, y aunque se han tomado grandes pasos para controlarlo, muchas personas siguen muriendo o siendo gravemente heridas por causa del alcohol. Muchos alcohólicos no pueden mantener un trabajo y de esta forma se hacen dependientes del estado, poniendo la carga de su cuidado sobre el resto de los ciudadanos. En lo referente a asuntos de esta naturaleza, el Islam prohíbe tales prácticas para siempre, puesto que no existe argumento serio para que el alcohol sea permitido. (De hecho, uno puede argumentar que hoy es permitido sólo porque el costo de mantener a la gente alejada de esta “droga” adictiva es prohibitivo y exorbitante. Esto, en realidad, es sólo otra señal de lo peligroso y nocivo que es el alcohol.)
Tercero, más allá de eso, los seres humanos sólo necesitamos algunas leyes detalladas y muchos principios generales que nos permitan guiar nuestras vidas en toda época y lugar. Esto es exactamente lo que provee la Ley Islámica. Así, Dios proporciona leyes detalladas respecto a qué tipos de comida uno debe comer, sobre la herencia, quién es una esposa legal, cómo deben ser las relaciones internacionales, etc. A partir de esas leyes detalladas, un erudito es capaz de extraer reglas para muchas situaciones nuevas. De los principios generales, un erudito puede derivar guía para varios temas que, por ejemplo, no ocurrían durante la época del Profeta.
Cuarto, en el área de los contratos sociales y los negocios, por ejemplo, el principio general es que todo está permitido a menos que haya evidencia de lo contrario. Por lo tanto, la Ley Islámica permite un alto nivel de libertad dentro de la ley. En las negociaciones comerciales, por ejemplo, el Islam ha prohibido los intereses, las transacciones excesivamente riesgosas, el juego, el fraude, el engaño, vender y comprar cosas ilegales, y la coerción. En general, estos son los aspectos dañinos que han sido prohibidos. En otras palabras, la guía es tal que cuando se desarrollan nuevas formas de negociación comercial, como en los tiempos modernos, uno puede determinar cuáles son aceptables de acuerdo a la guía islámica y cuáles no. De esta forma, la Ley Islámica ha sido probadamente factible por más de 1 400 años, y de acuerdo a las creencias islámicas, seguirán siendo factibles hasta el Día del Juicio. Dos comerciantes están en capacidad de establecer entre ellos cualquier forma de contrato comercial que deseen, siempre y cuando en él se eviten los aspectos básicos prohibidos y dañinos. Uno no puede imaginar cuántos tipos de transacciones están consecuentemente permitidas bajo la Ley Islámica.
Finalmente, debe reconocerse que esta guía completa y global que permanecerá viable hasta el Día del Juicio, es una gran bendición de Dios, y es otra señal de que los humanos debemos volvernos hacia Dios en busca de guía. El ser humano por cuenta propia jamás será capaz de hallar una forma de vida que sea correcta y apropiada, incluso para un solo lugar y época, no hablemos de algo que pueda ser bueno por siglos o milenios, aunque los humanos intentaran aferrarse a lo que seguían en el pasado. Saied Qutb habló de forma elocuente sobre este punto con las siguientes palabras:
Cuando un ser humano intenta construir un concepto metafísico o un sistema de vida a través de sus propios esfuerzos, este concepto o sistema no puede ser universal. Sólo puede ser parcialmente válido, bueno para una época y lugar, pero no para otros tiempos y lugares; y apropiado para un grupo de circunstancias, pero no para otro. Más aún, incluso cuando se enfrenta a un solo problema, es incapaz de analizarlo desde todos los ángulos posibles y tomar en consideración todas las consecuencias de la solución propuesta, puesto que cada problema se extiende en el espacio y el tiempo y está conectado con precedentes y antecedentes más allá de la capacidad de observación y la comprensión de los seres humanos.
Por consiguiente, concluimos que ninguna filosofía ni sistema de vida producido por el pensamiento humano puede tener la característica absoluta de “universal”. Por mucho, podrá cubrir un segmento de la vida humana y podrá ser válido por un período temporal. Debido a su alcance limitado, siempre será deficiente en muchos aspectos; y debido a su temporalidad, está destinado a causar problemas que requieren modificaciones y cambios en la filosofía o sistema de vida original. Los pueblos y naciones que basan sus sistemas sociales, políticos y económicos en filosofías humanas, siempre están enfrentados con contradicciones y “dialécticas”[1].
Uno sólo necesita ver un ejemplo que ha sido muy debatido recientemente para entender que aplicar la guía de Dios a todos los lugares y épocas es lo mejor para la humanidad. La circuncisión es una práctica bien conocida y establecida en el Islam. En las últimas décadas, los doctores y científicos –debido a la comprensión muy limitada del hombre respecto a la realidad de los humanos como un todo– han debatido en pro y en contra de la circuncisión. En una década están a favor, mientras que en la siguiente dicen que es inútil y dañina para los niños. Ahora han descubierto –o creen que han descubierto, pues pueden equivocarse de nuevo– que la circuncisión es una gran defensa contra el VIH/SIDA. Entonces, corren ahora a circuncidar a muchos hombres en diferentes partes de África.
Quizás, después de muchos casos como este, más y más humanos se darán cuenta de que hay una guía, completa y perfecta, que viene de Dios y que es exactamente lo que todos los seres humanos necesitan y requieren, sin importar la época y el lugar.
La guía es completa y suficiente para siempre
En resumen, la guía es completa y adecuada para todas las épocas y lugares. Es todo lo que los musulmanes necesitan para la felicidad en este mundo y en la otra vida. No puede ser mejorada. Por consiguiente, no necesita ninguna adición, alteración ni supresión. Aquellos que piensan que pueden mejorar lo que Dios ha revelado son arrogantes en el más puro sentido y van más allá de lo que jamás podrán alcanzar. Por esta razón obvia, el Profeta dio advertencias muy fuertes respecto a las innovaciones, las herejías y los cambios de la fe. Tales cosas no son necesarias en lo absoluto, y simplemente le restan valor a la belleza y perfección del Islam. Así, el Profeta dijo:
(Sahih Muslim)
También dijo:
“Todo desvío conduce al fuego del Infierno”. (An-Nasaai)
El Profeta también dijo:
“Cualquiera que introduce algo en nuestro asunto (el Islam) que no pertenezca a él, será rechazado”.
(Sahih Al-Bujari y Sahih Muslim)
- Saied Qutb, El Concepto Islámico y Sus Características (American Trust Publications, 1991), pp. 85-86.