El Islam nos muestra cómo nuestras diferencias benefician a la sociedad. A los hombres y las mujeres se les asignan roles sociales diferentes, aunque complementarios, de acuerdo con los principios islámicos. Igual pero diferente. Sería absurdo tratar con ambos géneros de la misma manera. Independientemente de los derechos generales, los roles distinguidos de hombres y mujeres les permiten tener derechos y responsabilidades específicos.